Fuente: El Postigo de Tías
Por: Juan Cruz Sepúlveda
La ermita de San Antonio de Tías
El párroco que estuvo en Tías entre 1902 y 1918, don Sinforiano Suárez, profesaba gran devoción a San Antonio y se interesa por un edificio en El Pavón compuesto por dos naves adosadas que habían sido una Cilla Eclesiástica (lugar donde se depositaban los diezmos y primicias de la población), almacén de empaquetado de tomates y como acuartelamiento de las tropas de soldados que participaron en la Guerra de la Independencia de Cuba.
Una nave es cedida por su propietario, y la otra es comprada por los feligreses. Se abren dos arcos en el muro de mampostería que divide ambas naves y se consigue un espacio diáfano de mayores dimen- siones. Se le añade una espadaña con dos huecos, se le coloca una campana (fechada en el 1455) y una portada única de acceso orientada hacia la carretera. Aparece así la ermita de San Antonio para uso eclesiástico. La ermita dio culto a San Antonio, desde entonces cada trece de junio se celebra en Tías las fiestas del patrono. Las misas del “gallo” o misas en la madrugada del domingo adquirieron gran popularidad para aquellos que querían cumplir con el precepto religioso a temprana hora y disponer del domingo para otros quehaceres.
La ermita dejó de prestar uso religioso en los setenta y en el 1999 por Resolución es declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento a favor de la Iglesia de San Antonio en El Pavón y su entorno de protección con la finalidad de prevenir y proteger este Monumento.