Fuente: El Postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda
Otras molinas de gofio
Además de la emblemática molina de Mácher, desde tiempo atrás en el pueblo de Tías, Félix Fajardo poseía un molino en su cortijo en El Pavón. Este molino, del tipo pajero, de planta circular, es propiedad de la familia Cedrés y se conserva parcialmente en las inmediaciones de la actual calle Libertad.
Otra instalación se encontraba en el Morro de La Molina, en un lugar estratégico por el régimen de los vientos dominantes, cerca de la casa de los Majoreros. Allí Manuel Cabrera poseía un molino de gofio. Su cuñado Mamerto Rodríguez hizo de molinero y cuentan que, en días de mucho viento, Mamerto le “daba trapo” para resolver la molienda más pronto, acabando por desquiciar las aspas, que fueron a parar en más de una ocasión al fondo del Valichuelo.
Antonio Rodríguez Martel, Antoñito el Canario, monta en su casa una molina de gofio, primero en sociedad con Manuel Cabrera, y luego la continúa él en solitario. Así se publicita en la revista Cereales en el año 1954. Esta publicación, perteneciente al Órgano Informativo del Sindicato Nacional de Cereales, se editaba en Madrid, y en su número 49, de mayo de 1954, incluye publicidad de molinas de gofio de la isla de Lanzarote, en concreto de Haría, Teguise, Arrecife y Tías. De este municipio nombra las ya citadas de Rafael Ferrer en Mácher y la de Rafael García Viña, compadre de Ferrer. Rafael García, que además era carpintero, acabó emigrando a Venezuela.
Respecto al molino de los Armas, en Las Vegas, cabe decir que es un molino del tipo pajero, por su tronco cónico, que está situado en los límites con el volcán en Las Vegas, muy cerca de la ermita del Corazón de Jesús. Era propiedad de la familia Espino y, posteriormente, fue adquirido por Daniel Armas Perdomo sobre 1920, al término de su periodo como emigrante en Brasil y en Argentina.
A una pequeña distancia del anterior, en el mimo paraje de Las Vegas, se encuentra otro molino de menor tamaño, con escalera exterior adosada en piedra y puerta en la planta superior. Tiene una inscripción en la parte superior en la que lee Petienbiejo y 1867.
Actualmente, el molino es propiedad de herederos de Amalia González Negrín y Gabriel Viera Montero, quienes la recibieron en herencia de Margarita Negrín. Hasta los años sesenta del siglo pasado realizó las funciones de granero.