Fuente: El Postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda
Hay constancia de dos herrerías en el municipio de Tías que sostuvieron mucha actividad para realizar todos los aperos para la labranza en un pueblo eminentemente agrícola: sachos, plantones, horquetones, herrajes para animales, cabrestos, sálamos y otros utensilios. Una pequeña fragua para poner al rojo vivo el hierro y un buen mazo para moldear eran los elementos más destacados de estos establecimientos. En estas herrerías también se trabajaba la hojolatería y la calderería a base de soldadura con estaño. Se hacían regaderas, azufradores, soportes de palmatorias, faroles, candiles y otros utensilios.
En Tías fue muy conocida la herrería de Baldomero Caña- da, donde hoy se encuentra el tanatorio. En Mácher, en el Camino de La Calderina, sigue en pie una vieja construcción que recuerda el enclave donde tenía la herrería, compartida con la cartería, Antonio Urbín. Por su parte, Rafael Rodríguez de León, que ejerció este oficio de forma ambulante en Yaiza y en San Bartolomé, trasladaba su fragua itinerante a las pedreras situadas en el municipio para afilar picos, cuñas, martillos y demás herramientas empleadas en las canteras.