Fuente: Centro de Datos Cabildo Insular de Lanzarote
Arqueológico aborigen
En Tías apenas se han registrado yacimientos arqueológicos; actualmente sólo contamos con las «Casas hondas de Masdache», la referencia del hallazgo de malacofauna en una vivienda, la referencia del hallazgo de una vasija en la Montaña Tesa y la estación de grabados rupestres del Barranco del Quíquere, en la costa de Tías.
Lanzarote en el S. XVIII vive uno de los acontecimientos volcánicos más importantes de la historia reciente del planeta. Durante seis años, de forma casi continuada la isla se ve sometida a erupciones volcánicas que comienzan el 1 de septiembre de 1730, a las 21:30 h. y parecen finalizar en abril de 1736.
Con motivo de ese acontecimiento la zona central de la isla se despuebla, la gente emigra y crecen los pueblos de Los Valles, Soo y Tías. No obstante, en pocos años en el nuevo suelo se cultivan grandes extensiones de terreno ocupadas por los materiales de esta erupción (lapilli) y su población se duplica en 40 años, alcanzando sus vinos prestigio internacional.
Una parte de los terrenos que hoy pertenecen al municipio de Tías, y que lo demarcan en el límite NNW con los municipios de Tinajo, San Bartolomé y Yaiza, se encuentran ubicados en la zona afectada por esas erupciones.
Este terreno sepultado por lavas y arenas, antes de las erupciones es el soporte físico de una gran actividad humana, económica, cultural, social, etc. donde se asienta gran parte de la población de la isla. Zona que, con toda probabilidad, estaba intensamente ocupada por la población aborigen y buena prueba de ello son las piezas arqueológicas que se documentan en Masdache, El Taro (dentro de nuestro municipio) así como en áreas ajenas a la jurisdicción de Tías como Uga u Ortiz.
Asimismo, la toponimia anterior a los volcanes nos da pistas sobre asentamientos aborígenes a través de la denominación de algunas aldeas: Tíngafa, Chimanfaya, Chichirigauso, Guagaro, Testeyna (éstas dos últimas dentro del territorio del municipio). De manera mas explícita se hace referencia a las características viviendas de la población de Majos, como son las denominadas «casas hondas»: Casa Honda de Chimanfaya, Casa Honda de Maso, de Gauso, etc.
La recuperación de los vestigios que permanecen a este fenómeno son de gran importancia de cara a conocer nuestra memoria anterior a las erupciones volcánicas.