Fuente: El Postigo de Tías
Por Juan Cruz Sepúlveda
Colegio Alcalde Rafael Cedrés
El primer centro agrupado comarcal del municipio se puso en marcha en 1978, el Colegio de Educación Primaria Alcalde Rafael Cedrés. El paisaje era eminentemente agrario, con veredas, caminos, muros de piedra y sembrados. Tías apenas tenía tres mil habitantes, una economía agraria que ya apuntaba una buena proyección en el sector servicios, con la aparición de varios establecimientos hoteleros.
La mayoría de los alumnos del municipio eran hijos o nietos de agricultores y marineros y, por primera vez, confluyen en una agrupación escolar comarcal en la llamada segunda etapa de la Educación General Básica.
Niños y niñas procedentes de todos los puntos de la geografía municipal, de Conil, Masdache, La Asomada, Mácher y La Tiñosa, estrenan centro junto a los de Tías.
El colegio lleva el nombre de Alcalde Rafael Cedrés en memoria del vecino que ejerció de alcalde desde el año 1948 a 1962. Pese a que no estaba vinculado con la docencia, durante su mandato de catorce años contribuyó a la construcción de las escuelas unitarias de los pagos del municipio. Juan María Perdomo fue el primer director del centro. Había nacido en 1934 en Haría, en el seno de una familia de agricultores propietarios. Su vocación por el magisterio le vino desde temprana edad. Estudió en Las Palmas de Gran Canaria, obteniendo su primer destino en La Isleta y luego pasa al Cervantes, en Vegueta. Estando en este centro le llega su primer destino definitivo en Guadalajara, en una unitaria en plena sierra. Regresa a Lanzarote a la unitaria de Uga, donde permaneció durante tres cursos, hasta que se le asigna plaza en la escuela de La Asomada, junto a su señora, Carmen Ponce González. Él lleva el aula de los niños y ella la de las niñas.
En principio, en La Asomada sólo había una vivienda de maestros y una escuela, y no existía la coeducación, por lo que los padres ese mismo año habilitaron unas dependencias casi derruidas en La Caldereta para que el maestro no se fuera. Al curso siguiente, en un tiempo record, construyeron otra aula junto a las mencionadas en la carretera a la entrada del pueblo. Aquí el matrimonio trabajó durante trece años. Juan María Perdomo recordaba que “las clases estaban al límite y constantemente había que estar buscando pupitres para los que iban llegando de todas las edades”. La escuela de La Asomada, “con los 15 miembros de la familia Betancort, los 12 de los Camacho, y los 11 de los Hernández y Álvarez, eran más que suficientes”, recordaba este profesor.
El inspector educativo de zona le propone a Juan María Perdomo que se vaya al colegio de Tías como director, a lo que accede de no muy buena gana. Pero la sorpresa más grande se la lleva cuando un día se detiene un coche negro en la puerta de su casa en La Asomada y un señor le comunica que el Delegado del Gobierno quería hablar con él. La sorpresa se traduce en que le venía a proponer ser alcalde del Ayuntamiento de Tías. Corría el año 1972. Don Juan puso toda clase de resistencia pero acabó cogiendo el bastón de mando en un periodo de incipiente desarrollo turístico, dentro de una sociedad eminentemente agraria. De su mandato se encuentra orgulloso de haber gestionado la compra de tierras de labranza que posteriormente se convirtieron en suelo público alrededor de la vieja Casa Consistorial, donde hoy está el polideportivo, el suelo del colegio, otro suelo junto a la carretera general, así como el solar donde hoy se ubica el centro de mayores. En sus tiempos se comenzaron a gestionar las ayudas a las personas necesitadas.
Después de gestionar la compra del suelo para el Colegio Nacional, a finales del año 1974 se puso a disposición de la Delegación Provincial de Educación y Ciencia para que iniciara la construcción. Antes hubo que superar el obstáculo que presentaba un tendido eléctrico instalado recientemente en la zona. En 1975 se adjudica a Huarte y Compañía, las obras del colegio y tardan casi dos años en concluirse, teniendo el Ayuntamiento que correr con los gastos de construcción de un pozo negro, además de aportar un motor para dar luz, ya que el enganche a Unelco se eternizaba.
El mobiliario, que permanecería a la intemperie a la espera de la finalización de las obras, se va introduciendo y colocando por los propios alumnos en sus respectivas aulas a lo largo de 1978. Luego, una multicopista como máquina de progreso, y así, poco a poco, empezó a andar este colegio. Don Juan permaneció en el nuevo centro dos cursos más, y luego concursó y se trasladó a su pueblo natal, Haría. Tras su marcha, asume la dirección María Isabel Brito Aparicio durante un par de cursos, sucediéndole durante un año académico Ana María Perdomo Fernández.
En 1982 llega a la dirección del centro Francisco Rodríguez Bermúdez. Don Paco permaneció durante 27 años en la dirección ininterrumpidamente, for- mando parte activa en la vida del centro, ya que toda su vida profesional la ha realizado en este destino. Durante un largo periodo coincidió en el centro con su madre, veterana docente, y también con su esposa. La labor de don Paco en la dirección del centro ha sido especialmente reconocida por hacer partícipe al colegio de todos los acontecimientos sociales del pueblo: Navidad, carnaval, Corpus, fiestas locales…