Años sesenta: Blanca Bonilla Paz (Mácher, 1951), Profesora de Matemáticas

Publicado: 14 mayo, 2015 en Educación, Generaciones sin instituto

Fuente: “Reseñas sobre educación del municipio de Tías”
Por: José Juan Romero Cruz y Juan Cruz Sepúlveda

Blanca Bonilla Paz (Mácher, 1951). Profesora de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de La Laguna.E-61

«A los cinco años comencé a ir al colegio de La Asomada. Mi primera maestra fue Aurelia Medina, natural de Mácher, luego vino Paquita Morales, Doña Chana, que llegaría a ser presidenta del Cabildo, Eloísa Barreto y, por último, Carmen Ponce. Para ir de casa, en Las Capitas, hasta La Asomada, tenía que recorrer a pie diariamente unos 6 kms. Aquellas idas y venidas eran un auténtico paseo. Recuerdo, especialmente, La Vegueta, como punto intermedio, con su camino de arena negra, que en la actualidad es puro y duro asfalto. Con el paso del tiempo todo va perdiendo su encanto.

Recuerdo las frondosas higueras y las zanjas de parras que por junio veía cómo las uvas de malvasía iban madurando, y al regreso de clase, ya con bastante apetito, miraba aquellas uvas doraditas pero intocables, ya que en casa nos habían enseñado a respetar lo ajeno. Por otro lado, también sabíamos que Julio, el guarda jurado, apodado «El Volador», tenía los hoyos barridos y marcados con cruces. El denominado «progreso» lo cambia todo.

¡Qué pena ver cómo todo aquello se ha convertido en un erial y ahora sólo se piensa en plantar casas y turistas!
En el último curso de primaria, el Ayuntamiento de Yaiza nos ofreció un coche, a mi hermano y a mí, para llevarnos y traernos de la escuela, pero preferimos seguir con nuestras caminatas. Siempre tendré un grato recuerdo de aquel colegio de La Asomada, donde la maestra de turno atendía desde el nivel más elemental al más avanzado. Nuestro único libro de texto era la «histórica» Encclopedia Álvarez.

Terminada la primaria tuve que dejar de estudiar durante tres cursos por causas familiares. Pero yo siempre seguía teniendo interés en realizar estudios superiores y en verano, por el día de San Pedro, decidí irme a Arrecife a casa de una de mis hermanas y hacer un curso intensivo en la Academia de Don Marcial, en la calle José Antonio. Así lo hice y en septiembre me presenté libre a hacer Ingreso y Primero de Bachillerato. Lo aprobé todo menos la música. Doña Natalia, que daba clases de Formación del Espíritu Nacional (política) le dijo a la profesora de Música: ¿Cómo es posible que dejes a esa chica suspendiendo sólo la Música? Ésta le contestó: es que ni siquiera se sabe las notas musicales.

A partir de ese momento, realicé los restantes cursos del Bachillerato Elemental en el Instituto Viejo (IB Agustín Espinosa) y luego, en 5.°, pasé al recién inaugurado IB Blas Cabrera Felipe, donde cursé el Bachiller Superior y COU. Fuimos la primera promoción y el aprobar nos daba el acceso directo a la Universidad. En el curso 1972/73 empecé en La Laguna a estudiar Selectivo de Escuelas Técnicas con la intención de hacer Ciencias Físicas, pero requería ir a Madrid o Zaragoza, que era donde se impartía dicha especialidad. Entre la lejanía, el miedo que te metían en el cuerpo por lo duro de la carrera y la cuestión económica, decidí quedarme en La Laguna y hacer Ciencias Exactas. Allí finalicé esos estudios con beca del Ministerio (en aquel momento se exigía aprobar todo en junio). El hecho de ser de Matemáticas, me permitía dar algunas clases particulares y obtener un dinero extra para mis gastos personales.

En junio de 1977 terminé la carrera y el Dr. Vinuesa me preguntó si quería entrar en el Departamento de Análisis Funcional, cosa que acepté. Al crearse la Universidad Politécnica de Las Palmas y al encontrarme dando clases en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola, pasé a ser profesora de dicha Universidad. Allí saqué la plaza de profesora numeraria de Escuelas Técnicas Universitarias. Realicé diversas estancias en la Uni¬versidad Politécnica de Barcelona para llevar a cabo diversos trabajos de investigación en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.

Durante tres cursos fui miembro del Claustro de la Universidad Politécnica de Las Palmas, así como subdirectora y jefe de estudios de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola. Al aprobarse la Ley de Reorganización Universitaria, pasé nuevamente, a ser profesora de la Universidad de La Laguna en el Departamento de Matemáticas aplicada, al que actualmente pertenezco. He realizado trabajos de investigación, durante tres meses, en la Universidad de Victoria, en Canadá. He asistido a congresos nacionales e internacionales, publicando artículos en varias revistas extranjeras y en la actualidad, estoy concluyendo la tesis doctoral».

«Terminada la primaria tuve que dejar de estudiar durante tres cursos por causas familiares. Pero yo siempre seguía teniendo interés en realizar estudios superiores y en verano, por el día de San Pedro, decidí irme a Arrecife a casa de una de mis hermanas y hacer un curso intensivo en la Academia de Don Marcial, en la calle José Antonio».

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