Fuente: Club Deportivo Unión Puerto del Carmen
Por: José Márquez Umpiérrez y Antonio Montelongo Franquiz
La historia del pueblo marinero de La Tiñosa se pierde en el tiempo. Hay noticias de su existencia desde principios del siglo XV, con la denominación «Tinoca», en referencia a diversos topónimos de clara ascendencia canaria que aún hoy subsisten en Canarias (Tinoca en Gran Canaria, Tiñor en el Hierro, etc.). A lo largo de su historia, sus habitantes supieron hacer frente a la supervivencia. Luchando contra el mar en busca de su sustento y contra la tierra sedienta del interior insular. Los tifloseros supieron aprovechar la riqueza de sus aguas y sobre todo la excelencia de su puerto natural.
Numerosas familias hicieron de este pequeño refugio natural su espacio vital, los Rodríguez, Gopar, Montelongo, García, Eugenio, Acosta, de León, Pérez, Sicilia, Martín, etc.
A lo largo de su historia conformaron una importante flota de bajura dedicada a la pesca en el cercano litoral y las costas de Fuetteventura.
Los más pequeños aprendían esta actividad tirando del chinchorro en las madrugadas heladas bajo el «titiriteo» constante de los cuerpos. Los marineros más aventados seguían el mismo desde el barquillo.
Esta experiencia sirvió a muchos tiñoseros para enrolarse en los barcos pesqueros que desde Arrecife en los años cincuenta y sesenta partían a la zafra marinera en las cercanas costas africanas.
En los años sesenta ante el posible auge turístico que se podía vislumbrar algunos elevaron voces de protestas para cambiar la denominación de La Tiñosa (con argumentos poco racionales y de muy mal gusto) por otra más atractiva. En el año 1966 se cambia (de manera sutil administrativamente) la denominación de La Tiñosa por la de Puerto del Carmen, en clara referencia a su espacio geográfico y a la patrona del lugar, Nuestra Señora del Carmen.
La Tiñosa contaba con algunos barrios característicos: El Poril situado a naciente y Cafrecho al poniente, «Puerto Escondido» y como lugar de encuentro el Varadero al lado de la centenaria «Casa Roja». El Varadero constituía la plaza de otros pueblos del interior, donde se recogía la pesca, donde se introducía en cestos para su venta en los pueblos de la isla o para intercambiar por otros productos como batatas, cebollas, tomates, etc. Todas las noticias partían de esta plaza marinera que olía a salitre.
La Tiñosa como pueblo miraba y vivía del mar.
A finales de los años cincuenta el embarrancamiento del barco «El Don» en las «Piedras de Lima» y su posterior uso como un «jayo» de playa motiva un largo expediente y un improvisado poema donde constan muchos personajes de ese momento de La Tiñosa y pueblos cercanos:
«Señor voy a contarles un caso que sucedió
allá en las Piedras de Lima.
Fue un barco que se perdió.
El bien avenido pasa todo.
Pero más a Pepe porque se ha visto cagado
en un retrete de casa Margarita
Su mujer le decía a su marido:
«quítame eso pa ya, bótalo pa la marea,
por si viene aquí la guardia civil y me llevan a mi presa»
Por fin, la guardia civil llegó y no encontró nada.
Y si viendo este tema a «Sino Fele»
también lo metieron en esto porque se llevó las pernas y a
Periquillo lo cogieron preso
y no le encontraron nada
porque la enterraron en la tierra». (Algunos versos inconclusos del largo poema)
En 1964 la construcción en sus cercanías, en una de las mejores playas de la isla, del hotel «Los Fariones» produjo la chispa del cambio en este lugar y en todo Lanzarote.
La gente de La Tiñosa al ver construir el hotel, no se lo creían, ya que desde algunos años antes existía un merendero en la zona de Las Puntas, y decían para sí mismos, que cómo iba a dar dinero el hotel si el merendero no ganaba casi nada.
Pero, de pronto, una nueva industria apareció cambiando todo, modos de vida, de mentalidad, El turismo invadió a partir de este momento las costas lanzaroteñas y La Tiñosa apareció como un ghetto rodeado de construcciones turísticas, hasta que fue engullida completamente.