Pregón de Masdache 1998

Publicado: 11 junio, 2015 en Pregones de Masdache

Fuente:
Archivo de: Óscar Torres Perdomo y Jesús Perdomo Ramírez

Pregón de las Fiestas de Sta. María Magdalena
Masdache 1998
Por: Julián Rodríguez Rodríguez

En los últimos tiempos con la institucionalización de las fiestas del Municipio, se ha rescatado la tradición de pregonar las fiestas. Me toca a mi hacer los pregones de los pagos, casi con el objetivo de documentar la historia de cada uno de los pueblos, y aunque me mueva más la afición que el tiempo y la preparación, es un privilegio ser de los pocos y primeros que entramos en la aventura literaria de plasmar en documentos el nacimiento y a veces la muerte de cada uno de los pueblos de nuestro municipio.
Espero que en los próximos años, sin necesidad de suscribirse a alguno de esos convenios con la Universidad de las Palmas, si debe haber un compromiso con algún equipo de historiadores para que la Administración se gaste los cuartos en documentar la memoria histórica de cada uno de los pueblos de nuestro municipio y poder contar y presumir de un pueblo con identidad propia.

Recabando en algunos documentos descubrimos que Teberite, el diccionario de la Lengua Aborigen Canaria recoge a Masdache como un topónimo guanche y aparece «Mardache» y «Mandache» pero se refiere siempre a lo mismo.

Masdache está ubicado al norte del Municipio de Tías, justo detrás y en medio de esas cadenas de volcanes que han aflorado en la tierra como la misma hierva. Al norte lo protege la Montaña de Juan Bello; al sur la Montaña Blanca, Montaña Tesa y los distintos morretes de Entre Montañas; al poniente con la Montaña negra. Por cierto en los próximos años veremos claramente que dicha montaña nunca fue negra.

Está asentado prácticamente encima de un antiguo poblado aborigen de nuestros antepasados Mahoreros, que eligieron este lugar para vivir, posiblemente por la humedad que les garantizó durante muchos años el sustento de su gente.

Hoy tenemos la suerte de saber y conocer de este territorio porque distintas personas se han interesado por la forma de vivir de nuestros antepasados.
Al final del siglo pasado el Doctor René Verneau, Encargado de misiones científicas, visita Masdache y nos deja su testimonio en un libro que tituló «Cinco años de estancia en las Islas Canarias» del que transcribo algunas cosas que creo más interesante.

Dice así: «Un gran propietario, el hombre más rico de la isla, don Antonio Díaz, me había enviado un caballo para conducirme a su propiedad de Masdache. Uno de sus sobrinos me escoltaba y el mismo cura había querido acompañarme, los caballos, pequeños, eran excelentes, y en menos de media hora llegamos a un patio plantado de olivos».

La propiedad de don Antonio Díaz contiene un poblado de los antiguos canarios. Excavé un buen número de esas casas hondas, agrupadas generalmente en tres. El lector recordará que son cuevas artificiales de piedra seca, ocultas bajo tierra hasta el nivel del techo, que se compone de gruesos bloques formando bóveda. Todos estos techos están, en parte, hundidos. Las piedras que los componían yacen en el fondo, bajo un espesor de tierra de 1,75 a dos metros. En las que he desescombrado he encontrado numerosos fragmentos de vasijas antiguas, decoradas con líneas rectas trazadas sobre la pasta, y numerosos trozos de basalto que fueron llevados allí para servir de instrumentos. Estos restos estaban en la parte alta, pues todo había sido revuelto.

«Los antiguos habitantes de Masdache no tenían que ir muy lejos a buscar el basalto con el que hacían sus instrumentos. En la misma finca propiedad de don Antonio Díaz, aunos 200 metros de las casas hondas, se eleva un enorme peñón basáltico, dividido en gruesos prismas, apilados unos sobre otros».
Otro autor, Juan Bethencourt Alsonso en su obra Historia del pueblo Guanche en su segundo tomo recoge:

«Casas de Masdache (Lanzarote)
Hallase emplazada dentro de un jameo o pequeña excavación artificial que practicaron en el rafe, picón o lava granulada. A la que se llega por una especie de zanga en rampa. Consta de seis habitaciones de forma ovoidea, con un promedio de 3 metros de largas por 2 en su mayor anchura, abovedadas y de una altura suficiente para la estación bípeda. Están dispuestas alrededor de un patio circular de 2 metros de diámetro, descubierto, que es el único punto con que comunican las habitaciones. Son las paredes dobles de piedra seca, de unos cinco pies de espesor, de basalto en su base y el resto de material poroso de volcán o trefina, bien ajustadas y con la inclinación suficiente para abovedar los techos, donde las rendijas aparecen cogidas con téigue o tierra gredosa que evita el acceso del viento y el agua. Por fuera del edificio robustece el lienzo de pared del patio, intermediario entre las habitaciones, estribos de piedra seca, y por fin al todo mi talud de tierra en redondo menos la zanja.

De modo que mirando la casa a distancia sólo aparece sobre la superficie la corona, semejando un segmento de esfera con un agujero central correspondiendo al patio y cortada de frente para la entrada».

Pero Masdache por su situación casi al centro de la Isla en cruzado por distintos caminos que lo unen con el resto de los pueblos y paralelo al poblado aborigen se va configurando un nuevo pueblo, adaptado a los cambios sociales, abierto al mundo, pero claramente integrado en el espacio, en clara sintonía con el territorio como lo hicieran nuestros antepasados.

Masdache es el primer pueblo que acoge inmediatamente a los damnificados de aquella triste noche del 1 de septiembre de 1730 cuando se abrió la tierra vomitando fuego de sus entrañas. Esa misma noche la gente de Chimanfaya se dirigen a Masdache previa visita a la ermita de la Candelaria, con carretones de granos para salvaguardados de la quema en la Cilla que se hallaba en Masdache. La cilla saben que es el edificio donde se almacenan los granos que se cultivan en el pueblo. En la actualidad en Lanzarote, se conservan dos edificios que fueron cilla; uno en Teguise, el que alberga la Caja de Ahorros y otro en Tías, lo que es hoy la ermita de San Antonio.

Masdache vuelve a rehacerse nuevamente entre las escorias de los volcanes y restos del antiguo poblado aborigen, que brota como un retoño desde que caen las primeras gotas de agua.

Pascual Madoz en 1848 lo define como Aldea de Lanzarote, Ayuntamiento y parroquia de Tías. Situado sobre despojos volcánicos, que sin embargo de estar cubiertos de arena son bastantes fértiles. Se cría algún arbolado, viñas y produce legumbres. Cita también un oratorio que fue de los Padres Dominicos y en la actualidad de la Nación.

Pero lo que le da autonomía al pueblo de Masdache, que lo unifica y define, son sus espacios comunes y públicos, como la Ermita con su pequeña Plaza, el Centro Sociocultural como punto de referencia donde su gente se reúne para crecer en el diálogo y convivencia, y sus canchas deportivas para quemar las calorías que el trabajo no desgasta.

Aún así hay razones mucho más importantes que definen un pueblo como son sus costumbres, sus tradicio¬nes, su cultura, y Masdache posee precisamente el entronque más importante, con nuestros antepasados, con los posteriores asenta-miento s posconquista y con los nuevos asentamientos después de la destrucción por las erupciones volcánicas; lo que prueba la firmeza de un pueblo que se niega a desa¬parecer. Ojalá tenga el mismo empeño en el rescate y man¬tenimiento de sus propias señas que lo definen.

Tías, a 3 de Julio de 1998 Julián Rodríguez

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