Pregón de Tías 2010

Publicado: 6 julio, 2015 en Pregones de Tías

Fuente:
Archivo de: Óscar Torres Perdomo y Jesús Perdomo Ramírez

Pregón de las Fiestas de Ntra. Sra. de La Candelaria
Tías 2010
Por: Luis  Marrero  Sosa

Luis Marrero sosa

Vecinos de Tías, amigos, e hijos de los que fueron mis amigos, que hoy me honran haciéndome pregonero de las Fiestas de la Candelaria, saludos a ustedes y en ustedes a este querido pueblo de Tías.
Si hubiesen buscado a un historiador seguro que les ofrecería datos interesantes para revivir y festejar la historia de este pueblo, que llamamos Tías de Fajardo.


Si hubiesen buscado un poeta disfrutarían con el canto de la belleza de estos campos, de estos volcanes y de este mar abierto, litoral de este pueblo.
Si hubiesen buscado un maestro, de hace 40 años, de los que hicieron historia en este pueblo, les hablaría de lo que fue la niñez de muchos de ustedes, del esfuerzo en la enseñanza y de los valores en la educación.

Pero han buscado a una persona, seguro que amigo, que vivió ocho años en este pueblo y con este pueblo. Años llenos de ilusión y de proyectos, como eran los años del final de los sesenta y parte de los setenta. Buscaron a un sacerdote, a un cura, que le recuerdan diciendo sencillamente, Don Luis, y que hoy intento compartir algunos recuerdos de aquellos años abriendo los ojos a lo que ha sucedido desde entonces hasta ahora.

Llegué a Tías el año 1968 y me despedí en 1976. Fue un tiempo en el que se vivió una gran utopía a nivel social y político, y a nivel eclesial estrenábamos el Concilio Vt. II.

En este pueblo se estaba viviendo el nacimiento de una nueva etapa económica y laboral, que ha ido creciendo en estos 40 largos años, marcada por el turismo. Aparecían una serie de posibilidades para la promoción humana en el campo de la enseñanza, de la sanidad, de la vivienda. Surgía el brote de lo social y lo asociativo, y la nueva imagen de la Iglesia que se proponía dialogar con el mundo y la cultura, momento que fue muy valorado y aceptado entre ustedes, y que para mí era gozo y alegría. En este pregón hablo de lo vivido y compartido con ustedes, que se disponen a celebrar las Fiestas Patronales de la Candelaria, como siempre decíamos en Lanzarote, la Candelaria en Tías.

Cuando todavía Teguise era la capital de Lanzarote, mucho antes de ser trasladada a Arrecife, en 1847, en el año 1796 fue creada la Parroquia de Ntra. Sra. de la Candelaria de Tías. Según Agustín de la Hoz la primitiva iglesia se intentó edificar hacia 1618, aunque luego se levantó en otro lugar en 1796, fecha de la creación de la Parroquia. (Dado un margen tan largo de tiempo se puede entender que se trata de una segunda iglesia). La actual iglesia se reedificó en 1872, hace ahora 139 años.

Ya habían pasado muchos años del Obispado del Rubicón, año 1404, y de la fundación de la parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe y del convento de San Francisco en Teguise, después de la creación de las parroquias de Haría y Yaiza, tenemos las cuatro parroquias de final del siglo XVIII: Arrecife, Tías, San Bartolomé y Tinajo. Sería interesante que alguien de ustedes investigara sobre esos primeros años de la Parroquia, del Templo y de la Imagen de la Candelaria. Yo me tengo que limitar a hablarles de lo que conocí y de lo que veo en este momento.

Como ya dije, llegué destinado a la Parroquia de Tías el año 1968. Un año antes se acababa de poner en marcha el primer establecimiento turístico, los Fariones y los apartamentos más próximos, poco más tarde el hotel de San Antonio. De estos centros turísticos tengo algunos recuerdos relacionados con la parroquia.

Cuando en Puerto del Carmen (poco tiempo antes la Tiñosa) la iglesia estaba sin techo y solo se usaba para celebrar la Eucaristía lo que hoy es la sacristía, iba a celebrar todos los domingos al hotel de la Fariones, que amablemente nos cedía don José Figueroa, su director’ durante tantos años. La Iglesia de Puerto del Carmen fue construida en tiempos del párroco Don Manuel Sánchez Trejo, con su patrimonio personal y que la donó a la Parroquia. Una vez que se terminó la Iglesia, con la ayuda importante del danés N.. …… ….de la Urbanización los Mojones, ya no fui más a celebrar a los Fariones, y era impresionante ver la cantidad de turistas que acudían cada domingo a media mañana, que muchos quedaban fuera de la Iglesia, pero participando con mucho sentido. Recuerdo que en una ocasión vino también un sacerdote alemán y le invité a celebrar. Los alemanes contestaban y cantaban en latín. Eso nos dice un poco que clase de turismo comenzó a venir a Lanzarote. También recuerdo a los irlandeses, un pueblo con una gran vivencia cristiana. En ese momento existió un movimiento social muy importante. En Tías en torno a la Iglesia se movía un grupo folklórico en el que trabajó mucho Honorio Robayna. Una asociación de vecinos donde participó activamente Florencio Suárez antes de ser alcalde. Un equipo de fútbol con el campo en los Lirios. En Ese tiempo existían unos grupos de jóvenes muy activos, en la Asomada, en Mácher, que eran el alma de las fiestas. Un grupo de jóvenes en Puerto del Carmen que además de preparar la Fiesta luchaban por el desarrollo del Pueblo, donde por una parte había que denunciar la separación entre la Urbanización con sus jardines y calles asfaltadas y el Pueblo que carecía de muchos servicios y las calles de tierra. Incluso se cortó una calle para impedir la relación de la Urbanización con el Pueblo. Curiosamente, luego se luchó para que la Urbanización no ocupara el Pueblo.

Con el tiempo esa resistencia dejó de hacerse, en parte porque la gente vendía sus casas, por las que ofrecían unos precios sustanciosos, y otras veces por falta de un proyecto urbanístico y el resultado después de mucho tiempo es lo que ahora tenemos.

El otro recuerdo lo tengo .del hotel San Antonio, donde se instaló la segunda potabilizadora de la Isla, que nos daban las cubas de agua para la construcción de la Iglesia Nueva de Tías.

En estos recuerdos aparece la potabilizadora, el invento más importante traído a la Isla de Lanzarote, sin en el cual no hubiese sido posible el boon turístico de la década de los setenta, y que comenzó en la década de los sesenta, cuando los hermanos Díaz Rijo en 1965, en Arrecife, instalaron la primera potabilizadora de la Isla. Esto hizo posible el milagro turístico, pues solo con el agua de Famara y la depositada en la Mareta era impensable. Aquí empieza una transformación histórica de Lanzarote, pasando de ser una Isla de campesinos y marineros, además de emigrantes, a ser una isla con una economía fundada en el turismo a la que llegan los emigrantes de otras islas y de la Península, pues se necesitaba mucha mano de obra en la construcción y en la hostelería. También se avecina un fuerte desarrollo del Puerto y del Aeropuerto. Y más tarde el importante enlace con Fuerteventura por Playa Blanca.

Al año siguiente de la instalación de la Potabilizadora, en 1966, regresa de Nueva York César Manrique que, apoyado por el entonces presidente del Cabildo, José Ramírez Cerdá, se consagra a trabajar por Lanzarote y su desarrollo turístico en armonía con su paisaje y su cultura, dando mucha importancia a los elementos del volcán y la tradición marinera, que tanto tenían que ver con la forma de ser de sus habitantes.

El arte y las construcciones sencillas o señoriales, de siglos de existencia, van a estar muy presentes en el arte y la construcción favorecida por César Manrique. El año 1968 se abre al público la Cueva de los Verdes acondicionada por Jesús Soto. De la misma época es el Monumento al Campesino, luego vendría el Mirador del Río, y por supuesto las Montañas del Fuego en su nueva andadura y los Jameos del Agua, más tarde el Jardín de Captus. Este esfuerzo va a llevar a que Lanzarote sea declarada en 1993 reserva de la Biosfera.

Ya sabernos que hay cosas que lamentamos: la pérdida del sector pesquero, el abandono de la agricultura, de la que por suerte y con dificultades se conserva el vino de Lanzarote con su denominación de origen.

Sé que estoy hablando de cosas que ustedes saben mejor que yo, pero así les ofrezco mis recuerdos. Cuando pienso en la Fiesta de la Candelaria la siento como un punto de unión de los distintos lugares del municipio. Cuando llegué a Tías, hace 41 años me encontré con la encantadora Iglesia de la Candelaria, hoy tan cuidada como siempre, la ermita de San Antonio en la Carretera, ahora centro de San Pedro en Mácher, en la parte del Mezón, la ermita de Tegoyo y la Magdalena entre Conil y Masdache, en Puerto del Carmen una iglesia, que llevaba más de treinta años esperando por el techo, que como ya les decía se terminó, como también la Iglesia Nueva de Tías. Al principio de los setenta se construyeron las iglesias de la Asomada y de Masdache. De época más reciente es la Iglesia nueva de Mácher. En medio de esta extensión, allá en lo alto, la Candelaria, poniendo bajo su manto a todos estos vecinos de Tías, como Madre del Cielo, junto a Montaña Blanca, para nosotros Montaña de Tías, como faro mirando al naciente. La devoción a la Virgen de Candelaria nos lleva a tiempos muy remotos, cuando los Guanches de Tenerife la incorporan a su historia, y que con seguridad ha estado en los orígenes de este pueblo de Tías. Tal vez la trajeron los que desde la mar fijaron su mirada en este Lugar de la Vuelta Abajo, y aquí le construyeron su casa, para que desde ahí, desde lo alto, extendiera se mirada a nuestro pueblo y su mar, testigo de despedida de muchas personas de Lanzarote que en otro tiempo tuvieron que emigrar o la llegada de tantas personas que en estos tiempos han venido hasta este lugar. Actualmente, la mitad de la población que reside en Lanzarote han nacido fuera de la Isla, y una cuarta parte de los censados son extranjeros. Cuando comenzó el turismo, Lanzarote contaba con una población de unos 36 mil habitantes, de los que unos 3 mil pertenecían a Tías. Según las estadísticas en el año 2008 la población es de 139.506, a lo que hay que sumar el promedio de turistas, 48.000, que diariamente se encuentran en la Isla. En la década 1996- 2006 la tasa de crecimiento ha sido 10 veces superior a la de España, y el doble de Canarias. En esto ha sido fundamental la emigración. En el año 2007 por cada persona nacida en Lanzarote otra era de fuera, de otras partes de España o extranjeros.

Si hago comparaciones entre el momento actual y el pasado, no lo hago como añoranza, ni afirmo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y si me atreviera a hablar del futuro, a soñar, no lo haría para anunciar desastres y calamidades.

Del pasado recogemos los mejores recuerdos, aunque recordemos las dificultades y las formas de superarlas, y así se nos da como una fuerza, que algunos llaman experiencia, y otros memoria histórica. Y también se nos dice que si no queremos volver a repetir los errores que no olvidemos el pasado. Pero sería, de entrada, un gran error quedarnos mirando al pasado. Del futuro, de lo que esperamos, recibimos fuerza para vivir el presente. Sin un proyecto, sin un sueño, sin una utopía es difícil vivir el compromiso con el presente. El sueño, que es el futuro, es lo contrario a estar dormidos. Ni el pasado ni el futuro se viven sin el presente y el presente siempre es ese abrazo del pasado y el futuro. Presente, pasado y futuro entrelazados es historia y realización de un pueblo. Mirar a Tías y compararlo con lo que era hace 40 años es convertirnos en testigos del cambio tan grande que se ha dado sin dejar de valorar las raíces de dónde venimos, mirando a las nuevas generaciones a las que los mayores le pasan el testigo, pero donde nadie se jubila y sigue viviendo y acompañando con esperanza.

Al ofrecer estas palabras pasan ante mí los rostros de hombres y mujeres que estaban marcados por el trabajo del campo o de la mar. Día tras día te encontrabas con el agricultor que madrugaba para ir al campo con el burro, el camello y los aperos de labranza. El cultivo de tomates, el empaquetado y el comercio con Barcelona. El cultivo de la cebolla, y los montones donde se pasaban días enteros y semanas encabezando y llenando sacos. Y luego que se las llevaran y la dificultad para cobrarlas. Hay cosas muy interesantes que nos enseñaban los campesinos de Lanzarote,’ el valor de las cosas sencillas y pequeñas. Para el campesino, cada árbol, cada planta tenía su personalidad y se le trataba con delicadeza y como única. Era una época en que se hicieron muchos y bonitos enarenados. En expresión de Agustín de la Hoz este pueble tiene su talento escondido debajo de sus tierras. Este amor por lo sencillo se veía también en el trato que daban a sus casas. A las de antes y a las y a las nuevas que aparecían al soco de las paredes de casas de otros tiempos dando un aspecto de pueblo nuevo. Cada cosa en su sitio y con su valor, y ese gusto por la limpieza que engrandece lo pequeño. O contabas el tiempo como los marineros y su familia, que esperaban el regreso después de la peca chica o de la pesca grande. O del grupito que se quedaba y cada día traían el pecado que cogían en la noche y lo vendían él Varadero y en furgones por los pueblos, antes con cestas a la cabeza. Era hermoso contemplar el contrasté de un marinero descalzo y a medio vestir y de un barquillo con su pintura en perfectas líneas y la combinación de los colores. Porque el barquillo es su vida, tanto le sirve para pescar como para mecerse en el varadero donde con una esponja parece secarle la última gota, como quien se seca lentamente el sudor.

En esos rostros marcados por el trabajo del campo y de la mar afloraba la bondad, la acogida, la nobleza. Austeros en el vivir y generosos en la amistad. Con gozo, casi con la ilusión de un niño esperaban la Fiesta de la Candelaria, se interrumpía el trabajo, se subía a píe la Cuesta para honrar a la Patrona y saludar a los amigos. Misa cantada y procesión alguna vez con lluvia. Y por la tarde, después de la comida en familia, a gozar de una buena luchada, haciendo honor a un deporte y una tradición muy arraigada en Tías, cuna de magníficos luchadores, y alguna luchadora. La nobleza cultivada en el deporte que estaba presente en la vida diaria y en las relaciones.

Llegaba el día 2 de Febrero, la Iglesia arreglada, limpia y acabadita de «albiar». El grupo de vecinos que durante el año cuidaban de la Iglesia cuando llegaba la Fiesta estaban en todo y se les notaban felices en su trabajo. También los niños y los monaguillos. Que mis palabras sean un reconocimiento y un agradecimiento.

Llegué a Tías el 20 de Diciembre de 1968. Nunca olvidaré el magnífico portal de Belén que había preparado en la Candelaria, y la actuación tan auténtica del Rancho en la Nochebuena. Las cuerdas, el pandero, el pito de agua y el sonido de la espada, de laque fue maestro el Sr Pepe Bermúdez, que ya con cerca de cien años se asomaba a la esquina de su casita blanca para desde allí saludar a la Virgen de la Candelaria.

Navidades llenas de detalles, siempre la trucha, los mantecados y el vaso de vino, y la conversación que se hacía más necesaria porque era Navidad. Navidad que en Tías se prolongaba, de alguna forma, hasta el día de la Candelaria y de San Blas. La fiesta de San Blas siempre para llevar los niños. ¿De qué tiempos estoy hablado?… En la vida de un pueblo cuarenta años es ayer, es un tiempo muy corto, pero en este caso es un tiempo muy largo, pues hemos vivido un cambio muy grande.

Pasar por estas tierras y por estas playas sin hacer ruido para poder captar sus encantos para luego contarlos nuevamente como recuerdo agradecido. De Lanzarote me llevé lo que sin darme cuenta me entró por los sentidos, de la misma forma que aprendemos de niños en la familia. De lo aquí vivido nos queda la luz transparente que llena de vida los ojos, nos queda el silencio acariciado por el viento, unas pocas lágrimas tan escasas como la lluvia, el calor del saludo y la amistad, y muchos olores, olores de lo más auténtico, del pescado fresco, del vino por San Andrés, del cameló, del rosal y él geranio. El olor del aprecio de los amigos y de la fiesta. El olor de la ropa nueva y perfumada que quedaba como incienso en la Iglesia de la Candelaria.

He hablado algo del pasado, he querido estar en el presente, y pongo mis mejores deseos para el futuro de Tías. Y para terminar este pregón con unas claves para recorrer el camino les dejo un mensaje que nos ofrece un manuscrito medieval, en una traducción libre y actualizada:

Si quieres ser persona, sé noble de espíritu como si fueras descendiente real, y simple y sencillo como un hijo de campesino.

Ten siempre las manos abiertas en actitud de plegaria, y a la vez dispuestas sobre el arado para trabajar en las más duras tareas.

Tiende a las cosas más elevadas, pero no desprecies las pequeñas y las más cotidianas. Goza con la alegría y familiarízate con el dolor.

Muéstrate claro y transparente en el pensar y en el comunicarte, pero moderado en el hablar.
Sé amigo de la paz y la justicia, y enemigo de la rutina y la polémica.

Ten muchos amigos y a la vez gusta la soledad. Ama el estudio y busca la sabiduría, pero no te olvides de reconocer siempre tus errores y equivocaciones.

Vive con ilusión el mañana, pero no renuncies al presente, y no olvides las lecciones del pasado.

¡QUE TENGAN UNAS FELICES FIESTAS DE LA CANDELARIA 2010!

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