Pregón de Puerto del Carmen 2014

Publicado: 7 julio, 2015 en Pregones de Puerto del Carmen

Fuente:
Archivo de: Óscar Torres Perdomo y Jesús Perdomo Ramírez

Pregón de las Fiestas de Ntra. Sra. del Carmen
Puerto del Carmen  2014
Por:  Concepción  Curbelo  Curbelo

Buenas noches.
No me imaginaba en mi vida que algún día estaría aquí ante ustedes. En esta plaza y siendo la pregonera Fariones 2014pregonera de las Fiestas de La Tiñosa.

Cuando desde la Comisión de Fiestas me llamaron para saber si quería ser la pregonera de las Fiestas de Puerto del Carmen les dije que se habían equivocado de persona, que poco podía aportar esta señora y vecina de nuestro pueblo, salvo que les hablara de las aventuras y sufrimientos de una época donde en Lanzarote y Fuerteventura se pasaba necesidad por todo. Y les hablo de esa isla que está ahí, al lado, porque yo soy majorera de nacimiento y conejera de adopción.
Así, que ante la insistencia de la gente de la Comisión de Fiestas y del Ayuntamiento de Tías, les dije que aceptaba ser la pregonera pero que hablaría de todo aquello que vieron mis ojos cuando nací y cuando me vine a vivir hasta aquí.
Y miren ustedes por dónde, que esta noche estoy aquí arriba en la plaza de El Varadero acompañada por el alcalde de Tías, Don Pancho Hernández, y el concejal de Fiestas, Kiko Aparicio, como lo conocemos todos en el municipio.
Yo de pregón entiendo poco, pero sí les puedo contar un poco de mi vida y mis vivencias, y eso voy a hacer esta noche. Espero que les guste y no se duerman, que las Fiestas del Carmen quieren gente con ganas de disfrutar y divertirse.
Yo, Concha Curbelo Curbelo, nací y me crié en Fuerteventura. En esa isla de ahí. Ahora siendo mayor sé que Lanzarote y Fuerteventura tienen mucho en común, una gran historia y hasta nuestros antepasados son los mismos, los Mahos. Por eso nos llaman majoreros a quienes nacimos en la segunda isla más grande de Canarias.
Cuando era una niña apenas se podía salir adelante. Eras otros tiempos y además no teníamos agua. Fíjense, que además en mi caso, me quedé huérfana a los 14 años.

Ya siendo una mujer, con 20 años, me vine hasta aquí, hasta el puerto de La Tiñosa. Y con esa edad viajé hasta aquí por primera vez. Aquí vivía mi hermano Juan, que como saben algunos de ustedes era carpintero y mecánico. En aquella época se tenía que ser amañando para todo y mi hermano lo era.
Juan se casó con Antonia, a la que todos conocemos como Antonia la de Curbelo. Él conocía al que fue luego mi marido. Me casé en el año 1963 en Fuerteventura y desde entonces he vivido una etapa muy bonita en mi vida.
Tras casarme en Fuerteventura me vine a Lanzarote. Antes no existían los ferrys entre Corralejo y Playa Blanca, y para viajar entre ambas islas o lo hacía en barquillo o en un Foker. Yo tuve la ocasión de venir desde el aeropuerto antiguo de Los Estancos, en Fuerteventura, hasta Guacimeta en un Foker. Recuerdo que el billete me costó 75 pesetas. Sí, un billete aéreo entre Lanzarote y Fuerteventura en el año 1963 por 75 pésetas, algo menos de medio euro. Hoy viajar en avión entre las islas nos cuesta un ojo, y si vamos en Ferry, aún siendo residentes, tenemos que pagar más de 10 euros. Esto da idea de cuánto ha cambiado el coste de la vida en todas estas décadas.
En este relato que les hago por mi vida y evolución de La Tiñosa y Lanzarote en estos años atrás, recuerdo que en ese viaje en Foker cuando llegué a la Isla en el 63 solo había un taxi en el Aeropuerto de Lanzarote. Hoy, sin embargo, vemos enormes colas de taxis esperando a los miles de turistas que viajan a Lanzarote.
Aquel viaje en taxi desde Guacimeta hasta aquí tuvo una primera parada. Fui a casa de mis suegros, Perico e Inés, para pedir su bendición. Esa primera parada fue en Los Mojones y desde ese momento empezó mi vida en La Tiñosa, en este pueblo que me ha dado tanto.
Tras la bendición de mis suegros proseguí el viaje en taxi hasta esta zona. Me dejó en la esquina junto al Restaurante Tres Copas. Ya desde entonces vivo en la Calle Bajamar, mi marido Cristóbal había fabricado y hoy en día sigo, como entonces, viviendo en esa casa de la calle Bajamar.
El taxi ni pudo bajar hasta a la casa, se lo impedía un enorme risco. Hoy en la actualidad llegan hasta los buzos, esa gente que viene a meterse en el fondo del mar. Cómo cambia la vida. Antes a los que se metían en el fondo del mar le llamábamos hombres rana, hoy son submarinistas. Aquí en la pila de La Barrilla siempre vi a barcos fondeados pero no a ningún submarino.
Las primeras personas que yo vi al llegar por primera vez a La Tiñosa, tras la parada a mis suegros, fueron Doña Concha, la maestra, y Caridad, que posteriormente se convertiría en mi comadre.
Recuerdo que cuando vine a vivir a La Tiñosa aún no había llegado el turismo pero sí teníamos plantaciones de millo y tomateros, bajo el ojo del señor Ángel. Tantos, que hasta estaban cerca de mi casa. Todos los terrenos desde el hotel Los Fariones hasta lo que es Colinas del Sol araba Nicolás.
Me acuerdo mucho de Nicolás porque además de arar estos terrenos de aquí abajo se dedicaba a pasar por las casas para encargar la carne de cabra que comíamos en los días especiales de las fiestas.
Recuerdo que poco a poco, en los años finales de los 60, donde antes había tomateros y plantaciones de millos llegaba una nueva plantación. Se le llamó Turismo. Y desde entonces La Tiñosa dio paso a la llegada de muchos turistas con la construcción del primer hotel. Los Fariones arrancaron en el año 1966. Su construcción dio mucho trabajo a muchas personas, muchos vecinos de aquí logró trabajo en este hotel.
Ustedes, como yo, nos acordamos de Esteban Fernández o Lalo que fueron trabajadores del Hotel Los Fariones, hasta incluso mi propio marido que estuvo un tiempo en el Bar Piscina.
Mi marido Cristóbal tenía sangre marinera y dejó ese puesto en el Bar Piscina del Hotel Los Fariones para irse a trabajar a Las Palmas de Gran Canaria en la pesca de los arrastreros. Junto a Cristóbal se fue Juan Francés y estuvieron un tiempo en los barcos de la Compañía Pescanova.
En estos meses vemos que las grúas han vuelto a Puerto del Carmen, no las grúas de los coches, sino la de la construcción. Una de esas grúas se ve desde aquí. Está en la rehabilitación del complejo Balcón del Mar. Ahí mi marido estuvo trabajando muchos años hasta su jubilación. De Pescanova al Balcón del Mar, del mar a otro mar, que tiene como mirador a La Tiñosa.
Me alegro que este complejo se esté rehabilitando por la misma compañía. Un buen ejemplo de que este pueblo siempre está en evolución.
Con la llegada del turismo las formas de vida empezaron a cambiar. Y nos dio oportunidades a mucha gente. Yo en mis ratos libres, por ejemplo, me dedicaba a hacer calados típicos majoreros. Antonio Pérez, el chico, me hizo una vitrina para poner los calados en exposición y venta y así los turistas pudieron verlos y llevárselos.
Recuerdo una anécdota que entre esos visitantes que se acercaban para ver mis calados se encontraba un hombre alto y rubio con una potente voz. Era Alfredo Krauss, que antes de hacerse su casa en el Barranco del Quíquere en los años 80, ya venía a Puerto del Carmen de vacaciones y siempre se alojaba en el Hotel Los Fariones. Cuando venía por aquí se acercaba para ver cómo hacia estos calados, que le gustaba mucho.
El turismo era ya una realidad en La Tiñosa y poco a poco la calle Bajamar fue adquiriendo más auge. Aquí estaban las aulas del colegio y la transformación vino con la apertura del Restaurante 3 Copas, la tienda de Eufrasia. Luego, más tarde, ya abriría Correos, el Vídeo Club de Rosi, la Farmacia de Enrique, la Cafetería de Alberto y así se convirtió en una calle comercial y próspera, junto a todo el centro del pueblo.
Hoy, les dije, quería hacer un pregón cargado de mis vivencias y las curiosidades de nuestro pueblo en esos años de apertura al turismo. Recuerdo que el nombre de la Calle Bajamar se puso en la época del alcalde Rafael Cedrés, por cierto un alcalde que no cobraba, no como ahora donde son muchos los políticos que tienen sueldo.
Entre los buenos recuerdos que tengo de Rafael Cedrés es que siendo alcalde venía hasta aquí con cubas de agua hasta el pueblo en un camión que se conocía con el nombre del Carnero.
Antes eran otros tiempos, el turismo posibilitó el avance de todo el pueblo y toda la Isla. La agricultura y la pesca dejaron paso a los hoteles y complejos turísticos. Gracias al turismo mucha gente ha salido adelante, han creado importantes empresas.
Hoy, por ejemplo, hablar de Cabrera Medina, es decir el nombre de unas de las empresas de coches más importantes de Lanzarote y Canarias. Pero, yo además, me acuerdo mucho de Mamerto Cabrera Medina. Fue quien me hizo los muebles cuando me casé.
Los muebles los hizo en Arrecife y me los subió Nemesio en su camión. Me acuerdo que por aquellos muebles pagué 600 pesetas, hoy serían un poco más de 3 euros.
Las pagué de las 1000 pesetas que me dejó mi padre de ajuar cuando me casé. Me dio todo este dinero y una becerra para que la criara. Como saben los aviones Foker eran pequeños, así que la becerra se quedó en Fuerteventura pero el dinero que me regaló mi padre para la boda se vino conmigo.
Quién me iba a decir que yo esta noche iba a estar soltando todos estos recuerdos. La verdad que no me imaginaba que sería duro estar en estos berenjenales pero aquí sigo, y aún hay para rato.
Recuerdo que cuando vine a La Tiñosa era un pueblo de mujeres, los hombres se iban casi todos a trabajar a la costa. Pero cuando llegaban las Fiestas del Carmen, patrona de los marineros, muchos paraban de pescar en el Banco Canario Sahariano y regresaban a Puerto. Aquí siempre hemos sido muy devotos de la Virgen del Carmen, por eso, toda la gente aprovechaba estas fechas para estar por aquí.
Cuando ya me vine a vivir aquí, en los años 60, las fiestas se celebraban en el lugar donde actualmente está el Restaurante Cangrejo Rojo y años más tarde ya se empezaron a celebrar aquí, en la plaza de El Varadero cuando aún era un llano y estaban varados los barquillos.
Aquellos eran años donde o te ibas andando a muchos sitios o te quedabas dónde estabas. Transportes de aquella época eran el coche de Juan Rosa, una guagua menuda que le decían La Perra Chica, donde Domingo Suárez era el cobrador hasta que posteriormente se hizo taxista. También nos acordamos la gente que tiene mi edad de Evaristo Ferrer, que hacía viajes hasta Arrecife. Si viajabas con él te tenías que apuntarte un día antes porque con seis o siete plazas te podías quedar en tierra. Si te decía para «mañana no hay sitio» te apuntabas para el siguiente día. Hoy en día a nuestros jóvenes, a los nietos, esto le parece imposible, pero así fue la vida en esta isla en esos años.
Con la llegada del turismo se hizo posible la construcción de la primera planta desaladora de agua de mar. La potabilizadora de los Hermanos Díaz Rijo se construyó en Arrecife con el compromiso de traer agua hasta el Hotel Los Fariones. Y así lo hizo en el año 1967 la empresa Termolanza.
Pero el agua para beber en aquella época la teníamos que ir a buscar al Aljibe del Cabildo, que estaba donde hoy está el Centro de Salud y el Centro Comercial Biosfera. Antes para tener agua en nuestras casas teníamos que ir con garrafones y ponernos en la filia, esperando el turno, para cargar agua.
En La Tiñosa de entonces teníamos la diversión de las Fiestas del Carmen y poco más. Hasta que llegó el Cine del Cura. Fue toda una novedad. La puso en marcha Don José y más tarde venían las películas de Paquito El Canario, que este pasado mes de enero hizo una exposición en Tías con las fiestas de La Candelaria y San Blas.
Quiera esta noche recordar que en aquellos años no teníamos practicante ni médico, ni cosa que se parezca.
Como saben mucha gente mayor de La Tiñosa yo me dediqué muchos años a poner inyecciones hasta que llegó un practicante a El Fondeadero. Ahí estuvo el primer ambularlo de La Tiñosa y Puerto del Carmen, siendo su primer médico don Pedro Naverán.
Una persona muy buena que ya no está entre nosotros pero que tuvo la ocasión de ser pregonero de nuestras fiestas hace unos años. Yo nunca me imaginé que este año sería yo la afortunada.
La primera inyección que puse en mi vida fue a mi padre, con 17 años. Era en Fuerteventura y lo hice obligada porque mi padre no se llevaba con la mujer que las ponía allí. Ya aquí, en La Tiñosa, la primera inyección que puse fue a mí cuñado Ernesto y a partir de entonces a todo el mundo que entraba por la puerta, niños o mayores, blanco e incluso hasta algún negrito que llegó de la Costa…
En este pequeño relato que les estoy contando, a modo de pregón, por los años de aquella época, recuerdo a mi cuñado Kiko, el cojo, en la cantina de enfrente de la Iglesia, en los Almacenes de Ferrer. Allí se reunían los hombres a tocar y a jugar al dominó.
Justo, al lado, se encontraba la tienda de Amelia, un poco más arriba la de Ubalda, y en la esquina de esa misma calle la Tienda de Mercedes la de Nonita, donde se encontraba el teléfono público del pueblo. Y ya llegando a mi casa se encontraba la tienda de Eufrasia, tiendas en la que se podía encontrar petróleo para las cocinillas hasta tabaco, es decir, tienda de todo.
Hablando de tiendas, ya en esta última parte del pregón, tengo algún recuerdo de cómo Nemesio llegaba con el pan al oscurecer o de cómo íbamos a comprar la leche que traía Seño Pedro, quien vivía en el “Cercao”.
Eran años muy bonitos y llenos de muchas vivencias. Entre ellas las que compartía casi a diario con mis vecinas Cipriana, Bárbara la de Matea, la Señora María la del Seño Ángel, Eufrasia, Sixta, Bárbara y Ángela. Tampoco me quiero olvidar de Caruca ni Amelia, ni tampoco de Isidora, ni de Tila, así entre otras muchas más.
Con la llegada de la oficina de Correo arrancó un mundo de cartas e historias. Se encontraba en Federico junto al arbolito, que luego con el boom del turismo la pasaron a la Calle Bajamar y aquí comencé yo a trabajar. El primer director que recuerdo fue Don José Antonio. El mundo de Correos está unido en La Tiñosa a la familia Arrocha, dos de sus hijos trabajan ahí.
El auge del turismo lo vi crecer desde mi pequeño bazar. Hilos, lanas, suvenir. La dejé en el año 1984 cuando me subieron la cuota que tenía que pagar a la Seguridad Social. En la actualidad en esos locales está la Administración.
Quiero terminar esta noche mis recuerdos compartidos a modo de pregón reflejando que La Tiñosa, a lo largo de su historia tuvo su origen pesquero, y toda la gente de la mar trabajaba desde madrugada. Yo lo vi, porque también en mi vida madrugué mucho. En esas madrugadas tengo en la memoria la imagen de Dolores la de Ofelia y Tile la de María Delgado.
Esta noche han estado conmigo, en estos recuerdos, mucha gente de La Tiñosa. Cada una de ellas, cada uno de ellos podían haber realizado este pregón. Son gente muy querida y apreciada y también tienen mucho para contar y compartir.
Yo he deseado, a modo de homenaje, que todas estas personas esta noche estuvieran aquí presentes en este relato donde he tenido el honor de ser la pregonera de las Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Carmen en un pueblo, La Tiñosa, que me acogió como vecina en el año 1963. Ha querido la Comisión de Fiestas y el Ayuntamiento de Tías que, hoy, 51 años después de aquel primer viaje, esté contando gran parte de estos años, la mitad de un siglo. Más de 5 décadas de vida y evolución de La Tiñosa y Puerto del Carmen, que se refleja en este sencillo pregón.
Gracias por permitir que esta majorera adoptiva de La Tiñosa, de Tías y Lanzarote, fuera esta noche la pregonera de las fiestas de mi pueblo de acogida.
Que la Virgen del Carmen siga protegiendo a la gente de la mar, nos proteja todos.
Felices Fiestas.

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