Pregón de Puerto del Carmen 2015

Publicado: 7 julio, 2015 en Pregones de Puerto del Carmen

Fuente:
Archivo de: Óscar Torres Perdomo y Jesús Perdomo Ramírez

Pregón de las Fiestas de Ntra. Sra. del Carmen
Puerto del Carmen   2015
Por:  Antonio  García González «El Chispa»

Señor Alcalde, autoridades, vecinos, familiares, amigos, señoras y señores.Antonio Garcia- El Chispa- 2015 -

Buenas noches a todos y a todas.

Antes de nada quiero agradecer la invitación de la Comisión de Fiestas para que fuera yo este año el pregonero de las fiestas en honor de la Virgen del Carmen, en la Tiñosa. Esta noche es para mí una noche especial por Antonio García González varios motivos.

Primero por ser pregonero de «El Chispa» las fiestas de mi pueblo, La Tiñosa; segundo porque un día como hoy de hace sesenta años mi madre me trajo al mundo. Gracias madre donde quiera que estés, mis hermanos y yo nunca te olvidaremos ni a ti ni a nuestro padre, y un tercer motivo del que hablaré más adelante.

Estoy en este tinglado desde que tenía trece o catorce años, donde los primeros años ayudaba a los organizadores, ya que en esa época no eran grandes fiestas como lo es hoy, pero sí con mucho trabajo, ya que había que buscar muchos bidones, bigas, hojas de palmeras, abrir muchos hoyos para meter los bidones, meter las bigas, llenarlos de piedra y luego ponerles las hojas de palmera. Y todo eso para poder embanderar el pueblo. Ese era el primer acto de las fiestas, luego se continuaba con juegos infantiles como carrera de sacos, el del sartén donde en el fondo por fuera se le ponía betún, se le pegaba una moneda, se colgaba en una cuerda y a los participantes se les tapaban los ojos, el de la manzana . . . y también, para los no tan infantiles, como la cogida de cinta en bicicleta, la cucaña marítima, hoy prohibida, o las luchadas de los solteros contra los casados o contra otro pueblo. Estas luchadas se hacían en el callejón entre la casa de Manuela, la de Gabriel y la de Juan Montelongo (Larin) en el patio de la escuela de la calle Bajamar, donde hoy está el edificio de la tercera edad y también en las casas Cabrera, las que están entre las calle Hierro y Bajamar. En esas luchadas se dieron algunas anécdotas, como en 1972, en el callejón luchábamos contra Tías el resultado iba once-ocho, a nosotros nos quedaban en pie Valentín, Miguel Acosta, Manuel Rodríguez (Martín Corona) el que no tiraba a nadie pero todos caían con él porque no se soltaba ni con agua hirviendo, y yo, Antonio el Chispa, ya les explicaré mes adelante por qué lo de chispa, y por el Tías quedaba Cipriano. Primero tiró a Valentín, segundo a Miguel, tercero a Martín Corona, a éste la primera fue levantada pero como nunca se soltaba cayó Cipriano arriba de él, en la segunda también fue levantada pero no le dio tiempo a agarrarse y se llevó un talegazo que le estuvo doliendo todas las fiestas, y el cuarto fui yo. La primera me la dio, en la segunda se la di yo y en la que cogí unos durillos y cuando estaba bebiendo agua se me acercó Manuel Martín Corona y me dijo: a ver si lo puedes tirar ahora también y le das un talegazo y le cobras el que me dio. Y yo le contesté: me están temblando los pies del miedo porque igual se cabrea y me hace comer todo el jable, pero no fue como yo pensaba, demostró lo que siempre fue, un gran deportista y me dejo caer despacio.

En 1973 en el patio de la escuela contra el Femés, que se presentó con un chicharrero alto, fuerte y que decían que era luchador, nosotros les decíamos que si luchaba el chicharrero nosotros no luchábamos y ellos decían lo contrario y al final decidimos luchar con el viejo Pepe Acosta, cabreado, y el viejo Juan (el Canario) riéndose. Al final 12 – 10, favorable a nosotros y aquí es donde cambian las tornas. El viejo Pepe Acosta riéndose le dice a Juan el Canario: ¿ahora no te ríes?, tú que sabrás de lucha que eres cojo y nunca has luchado.

En 1974 en las casas Cabrera también luchamos contra Femés, ese día nos faltaba uno para completar los doce y le dijimos a Ginés que si quería luchar y él nos dijo que se vestía pero que si lo dejábamos para el final y así igual no tenía que luchar. Así fue, al final no hizo falta, pero cuando salíamos, Valentín llevaba a hombros a Ginés cantando y saltando, no se dio cuenta de la sobrepuerta y le dio un cabezazo que menos mal que iba bien agarrado. Entonces Ginés empezó a gritar: ¡Bájame! , que no quería luchar para no tener que comerme el jable y tú me quieres matar con los cantos.

También teníamos fútbol, tanto masculino como femenino, a pesar de no tener un campo reglamentario, teníamos la Hoya, donde jugábamos Caafrecho contra carretera.

En esa época venían el turronero, el señor Navarro y su señora, el compañía y Pepe el negro que tenían una ruleta trucada donde todos los hierros tenían la camba para dentro menos uno que era donde ponía el billete de cien pesetas y tenía la camba para afuera en las demás, paraba la varilla de la ruleta porque tropezaba y donde estaba el billete no, y nosotros nos preguntábamos por qué no paraba entonces … Como chicos buenos nos pusimos a mirar a ver de qué forma la podíamos parar y nos pusimos a entretener al Compañía y Fefo, el de Amelia, se acercó al hierro de las cien pesetas, lo tocó y se dio cuenta de que estaba flojo, entonces lo giró con la curva hacia dentro con tanta suerte que en la tercera jugada la ruleta paró en el billete. Lo cogimos y salimos corriendo, y no nos volvió a ver hasta el siguiente año.

También venía Luna con su autobar, Paco y Acuña, cada uno con su carro con helados y polos, Pedro Acosta y otro señor, cada uno con su tablero del juego del bichillo. Tableros que también padecieron las travesuras, ya que con un hilo amarrábamos una pata de la mesa del tablero a un pie de los que estaban jugando y cuando se iban, pues arrastraba la mesa y la tiraba. Y qué decir de los ventorrillos, sobre todo el de Paco, el Cojo, con la carne cochino, cochino que criaba él de un año para otro, y los garbanzos, yo no sé qué les hacía pero todo el mundo que los comía decían que buenos están… Y las parrandas, que no paraban de un ventorrillo a otro cosa que ya no se ve . La verdad que era bonito y alegre, y yo desde aquí, dejo caer la idea a ver si a Kiko y a los ventorrilleros les parece bien y se animan y un fin de semana de los dos que tenemos de fiesta, en horas del mediodía, se puede organizar.

Ahora, como les comenté, y antes de pasar a explicar el tercer motivo les voy a decir por qué lo de Chispa. Seguro que a ninguno de ustedes, un cura los ha bautizado dos veces, pues a mí sí, una con agua bendita, según me dijeron, y la segunda con tres coscorrones, esa sí lo sé, porque cada vez que me acuerdo me duele la cabeza. Pues como muchos de ustedes saben antes se daban clases por las tardes, de dos a cuatro, y un día a la semana iba el cura a dar religión pero siempre llegaba después de las dos y para un día que llegó antes, pues toma los coscorrones y bautizo. Todo sucedió porque cuando llegábamos antes íbamos poniendo la carpeta en los escalones, guardando el turno para entrar y ese día que llegó antes, estábamos jugando y cuando nos dimos cuenta fuimos corriendo y yo llegué empujando a los que querían pasar y que estaban después que yo y el cura que estaba en la puerta me vio y me estaba esperando. Cuando llegué a su altura, me dio tres coscorrones y al mismo tiempo me decía Chispa, chispita, que eres un chispa. Todo fue muy rápido, no me dio tiempo ni de quitar la cabeza y desde esa fecha hasta hoy. El cura se llamaba Don José Borja Quintero. Eso ocurrió en la escuela donde hoy está el edificio de la tercera edad.

Ahora sí vamos con el tercer motivo. Se cumplen cuarenta años de que a un grupo formado por chicos y chicas, nos llamaron locos, que no sabíamos lo que íbamos a hacer, que era una locura, que con qué íbamos a pagar si las fiestas salían mal, y yo siempre, a esos que nos llamaban locos, les decía: el Sarita está en el puerto, nos vamos a Cabo Blanco. Eso fue por las fiestas de 1 975, cuando formamos la comisión y a mí, entre bromas y medio en serio, se me ocurrió decir que por qué no organizábamos las verbenas y la primera reacción de todos fue decirme que si yo estaba loco y les dije que no. Entonces di una explicación y fue que si el Canario hacia los bailes, aprovechándose de las fiestas, y sacaba beneficios y no colaboraba en nada, ¿por qué no lo hacíamos nosotros y los beneficios eran todos para las fiestas? Entonces ya se lo creyeron un poco más, y nos pusimos manos a la obra, mirando donde hacerlas, y nos decidimos por hacerlas en el solar donde hoy está el C.C. Roque Nublo (Cangrejo Rojo). Preguntamos quién era el dueño y nos dijeron que se llamaba Dimitri y que vivía en los Mojones. Nos pusimos en contacto con él para pedirle permiso y la contestación fue sí, lo que si nos pidió es que una vez terminadas las fiestas, el solar quedara limpio y así lo hicimos. Y por eso nos llamaron locos y hoy digo, bendita locura… Y los locos éramos: Maribel, Pura, Alicia, Quina, Saro, Tilola, Lela, Carmita, Fátima, Yolanda, Lorenzín (Piquin), Juan Díaz (el de Mácher), Viñas, Antonio y Carmelo (los Batateros), Ignacio el cojo, Fefo, el secretario, Antonio Montelongo, el Chaquetita y yo, Antonio el Chispa.

Ese fue el comienzo de las verbenas celebrándose también en el mismo sitio en los años 1976 y 1977, en ésta yo ya no colaboré pues me encontraba realizando el servicio militar en Huelva. En 1 978 se empezó a hacer en el Varadero, no participe en las de 1 982 ni 1 985 ni en la que actuaron los cantores de Híspalis y no pregunten el año porque no me acuerdo, así que de cuarenta y con este año, cuarenta y una, en 36 he participado y ésta que estamos empezando 37.

En 1983 y 1984 con grupo nuevo conmigo a la cabeza nos hicimos cargo de la Asociación de Vecinos, haciéndonos cargo de organizar las fiestas. En 1983, por primera vez, se celebran las verbenas de San Juan en el recinto de Varadero, con el fin de recaudar fondos para preparar las fiestas, ya que antes no se contaba con ayuda municipal y fue 1983 cuando ya se empezó a recibir. También fue el año que se empezó a hacer el sancocho y hasta el día siete que hace el numero 33 he faltado sólo a dos, ya que antes se hacía asadero de sardina o fritura de atún.

Y ya que estamos metidos en pescado quiero tener un recuerdo para las revendedoras, esas mujeres que, con calor, frío, viento o lluvia, cogían sus cestas y algunas hasta dos. Las llenaban de pescado, una se la ponían en la cabeza y la otra colgada del brazo y se iban caminando a otros pueblos del municipio a vender o cambiar el pescado por otros productos del campo y luego, de vuelta al pueblo, se los quedaban para el consumo de la casa o los vendían. Para todas ellas pido un fuerte aplauso.

Y al Alcalde le pido que tenga en cuenta esto que estoy diciendo y que por parte del Ayuntamiento se haga una figura y se ponga en un sitio como puede ser el puerto o en sus inmediaciones. También le pido al Alcalde que el paseo que va desde la Calle Tenerife y que pasa por delante de los restaurantes, hasta llegar a la calle Bajamar le ponga el nombre de Nicasio Montero, seguro que la mayoría del pueblo está de acuerdo.

En 1975, como dije al empezar, el tercer motivo fue cuando se empezó a hacer las verbenas fuera del cine, fue un año de mucho trabajo donde tuvimos que buscar muchos bidones, madera y hojas de palmera, abrir muchos hoyos para poder cerrar el recinto, nivelar el piso, para hacer la pista del baile y el escenario. En esos trabajos sí que colaboró mucha gente, a los que no voy a nombrar por si se me queda alguien atrás. Pero si nombro a dos: a Pablo Lorenzo Ramos y Julio Acosta, que eran los que dirigían y nos decían como había que hacerlo. A todas esas personas quiero darles las gracias.

También estaba el tema del papeleo ya que había que ir a la delegación del gobierno a solicitar los permisos, llevar cuatro programas, dos de las verbenas y dos de los actos de las fiestas, uno de cada se quedaba en la delegación y los otros dos era para la comisión. Todos los permisos se pagaban con papel del estado, que se compraba en el estanco que estaba en la calle Real, en Arrecife. Los permisos siempre había que tenerlos cerca porque de lo contrario podía llegar la Guardia Civil y parar la verbena hasta que aparecieran los permisos. Ese año con el dinero que quedó se compraron aparatos de música, bastantes discos y se hizo un mueble para montar los aparatos, todo eso se puso en el local que está junto a la iglesia donde hacíamos el baile.

En el año 1976 ya fue un poco más fácil ya que teníamos prácticamente todo el material del año anterior. Solo tuvimos que buscar hojas de palmeras, hacer los hoyos y ampliar la pista.

En la de 1977 que fue la tercera y última que se hizo en ese solar, repito donde está hoy el C.C. Roque Nublo, yo ya no estuve porque en octubre de 1976 me incorporé al servicio militar, pero si me llegaron las malas noticias. En noviembre del 76, si mal no recuerdo, me llegaron dos, la muerte de mi amigo Fefo, el secretario y el robo de los aparatos de música y los discos. El 10 de enero del 77 recibí la noticia más triste, sentida e inesperada, la muerte de una gran mujer, buenísima persona y mejor madre. Mi madre, también decirles que en el 75, desde que empezamos a organizar las fiestas y hasta que se terminaron nos duchábamos, comíamos y dormíamos en el hotel Riviera y ustedes se preguntarán: ¿dónde está ese hotel? Yo les digo que estaba en el Poril, era la casa de Manuel Montelongo, el Chaquetita, le pusimos ese nombre porque Domenico Modugno, en 1975, sacó una canción que se llamaba «Llora el teléfono» y había una parte que decía: «en julio verdad que vas a estar en el Hotel Riviera muy junto al mar”. Y claro, la casa reunía los requisitos, estábamos en julio y muy cerca al mar.

También les digo que jamás he vuelto a comer tanta fabada, ni Amelia a vender como en esas fiestas. Manuel Montelongo también era el dueño del Sarita, el barco que les dije que estaba en el puerto. Una vez que empezaban las fiestas en el recinto, durante las noches siempre nos quedábamos como mínimo dos, por lo que pudiera pasar, y como la primera noche de baile nos pararon el grupo eléctrico que le alquilábamos a los hermanos Duque, pues nos obligaron a hacer vigilancia.

Ahora voy a ponerme reivindicativo. Como se habrán dado cuenta no he hablado del bajo, ni de la marea Celia, ni de la de Rosa, ni del Poril, ni del Riscaero, ni de la marea los Soldado, marea que estaba por debajo de la Escuela Don Paco; ni de la Pila la Barrilla, ni de las puntas que no es lo mismo que la pila, ni de la playa del medio, mal llamada Playa Fariones, ni de la tercera o grande … Aquí otro recadito para el Alcalde, a ver si puede hacer las gestiones oportunas con quien tenga las competencias y que, de una vez por todas , obliguen a quien lo quitó a reponer el paso que había desde la playa del medio a la playa grande o viceversa, y no hablo mas porque me puedo equivocar al decir los nombres, y aquí por desgracia llega el listo de turno si no le gusta el nombre lo cambia, y luego estamos los que le aplaudimos y les reímos las gracias.

Lo mismo pasa con el nombre del pueblo. Para mi es la Tiñosa porque yo nací en la Tiñosa y soy tiñosero, luego Puerto del Carmen por cuatro que les daban vergüenza decir que eran de la Tiñosa, como le ocurrió a uno de ellos, que se subió en la guagua y cuando fue a pagar el chófer le preguntó: ¿para dónde?, y él le dijo: para Puerto del Carmen y el chófer le dijo para la Tiñosa y él volvió a contestar, no, Puerto del Carmen. El chófer le preguntó: ¿pero tú no eres tiñosero? A lo que él le contestó: no, yo soy puertocarmeño.

Todo eso lo puedo medio aceptar, ahora lo que me repatea es que gente de la isla, entre ellos he oído algún que otro político, llame al pueblo, Fariones. Que yo sepa en Lanzarote, Punta Fariones está en el norte; también está el hotel, el apartahotel, los apartamentos y el centro deportivo que se llaman Fariones y están en la urbanización que se llama, si no le han cambiado el nombre, Playa Blanca. Todo eso se encuentra en el pueblo de La Tiñosa o Puerto del Carmen, lo que quiero decir con esto es que, en Lanzarote no existe ningún pueblo llamado Fariones, así que no seamos nosotros los que cometamos el error de cambiar el nombre de nuestro pueblo, por todo lo que he comentado es por lo que no quería entrar en el tema de los nombres, pero la verdad si no aprovecho esta oportunidad para decirlo reviento.

Para el final he dejado las procesiones, que se celebraban igual que ahora la primera, por la mar donde los barcos se engalanaban con arcos hechos de hojas de palmera y las banderas de papel y luego salían en procesión a remos. Más tarde llegaron los motores y él o los barcos que tenían motor cogían a los demás de remolque hasta que llegó el año en que todos salieron a motor. Hasta el 74 todos los barcos llevaban voladores a bordo, lo que ocasionó más de un problema, ya en el 75 no le dimos voladores a ningún barco por lo que tuvimos más de un enfrentamiento con alguno que no querían entender que la seguridad es lo primero y a partir de ese año ningún barco lleva a bordo voladores que sean de la comisión. Aunque siempre hay algún irresponsable como ocurrió hace unos años con un cohete, donde hirieron a varias personas y le rompieron la cabeza a la figura de la Virgen del Carmen.

La segunda procesión, por tierra. La diferencia con la de ahora es que antes se sacaba en procesión a la Virgen de Lourdes, que es la patrona del pueblo y de la que la iglesia lleva su nombre. Con esto quiero decir que la iglesia es de Nuestra Señora de Lourdes y no del Carmen y se sacaba en procesión hasta que un volador también le rompió la cabeza y ya no ha vuelto a salir más, y de eso hace muchos años.

Y para ir terminando, decirles a mis vecinos que seamos buenos anfitriones con quienes nos visitan y a divertirnos con alegría y respeto. Y a nuestros visitantes, sean bienvenidos, que disfruten de nuestras fiestas, con alegría y respeto entre todos.

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