18 Noviembre 2017 – 22:26 h
Manuel García Déniz
Fuente: Elperiodicodelanzarote.com
Tengo un buen recuerdo de la Peña El Gato. De aquella elevación del terreno que partía al norte del camino que lleva el mismo nombre. Por un lado, era piedra en forma monolítica, pero, por el otro, se dejaba humanizar sirviendo de tierra fértil para yerbas silvestres, una higuera y alguna sementera. También disponía de una buena reserva de arena fina, que se usaba unas veces para enterrar animales y otras se llevaba para usar en la construcción.