En plena celebración de las novenas del mes de mayo, en tiempos del cura Fortunato Pereyra, al finalizar una de las novenas que se le rendían a la virgen de Fátima, con flores y velas, alguna se debe de quedar mal apagada y debe de prender sobre algún mantel u otro producto inflamable. La desgracia hace que la combustión se produzca en la zona del altar, propagándose el fuego entre diversos objetos que extienden rápidamente las llamas, causando grandes desperfectos.
1875: incendio en la iglesia de la Candelaria
Publicado: 12 junio, 2024 en Sucesos desde 1837 hasta 19390







