La edición del 17 de septiembre de 1967 del periódico El Eco de Canarias destaca la noticia de un apuñalamiento mortal en el bar de la Sociedad Unión Sur de Tías. Ocurrió un día de Dolores, cuando muchos vecinos esa tarde regresaban al pueblo desde Mancha Blanca. La víctima, Andrés G. Martín, se dirigió a la Sociedad sobre las 19 horas, como acostumbraba hacer, para charlar un rato con los amigos. Lejos estaba de pensar que otro vecino del pueblo tenía pensado ponerle fin a su vida. Según relata El Eco de Canarias de ese día, «el criminal fue detenido y conducido a prisión por el cabo primero José Trujillo P. y el guardia Andrés Morales López, de la Guardia Civil de Arrecife, quienes, además, encontraron el arma que estaba escondida entre unos bloques en la trasera del bar donde ocurrieron los hechos. La víctima, que deja viuda y 6 hijos, era muy apreciada en toda la localidad por lo que el brutal asesinato ha causado el natural pesar e indignación. El agresor resultó ser R. Adolfo M. F, de 42 años, casado, natural y vecino de la misma localidad, quien desde hacía rato presentaba una actitud levantisca». La crónica del suceso, firmada por el corresponsal de El Eco de Canarias, Andrés Pallares Padilla, concluye que se trata de «otro brote de matonismo que creíamos totalmente extinguido en nuestra isla. Hay que hilar muy fino y vigilar cuidadosamente a estos sujetos peligrosos para la sociedad. Todos son bien conocidos, pues se jactan y van arrogantes presumiendo de un valor que no poseen, si no tienen un arma en la mano y atacando a traición. Una vigilancia adecuada evitaría que en lo sucesivo se repitieran estos hechos y, para ello, tenemos a nuestra Benemérita, que sabe bien su cometido y no se anda por las ramas.»
El juicio por homicidio se celebraría en Arrecife el 12 de junio de 1968 en vista oral y pública, en la que se les impuso al homicida la pena de 14 años de reclusión menor y el pago de trescientas mil pesetas a los familiares de la víctima.







